lunes, 18 de febrero de 2013

Pinturero

Copio este artículo de Ramón Jiménez Marco en la Revista Afición del Club Taurino de Castellón.

En épocas de dureza, de desprecio, menosprecios y escarnio de las normas del buen ejercicio de la tauromaquia, el aficionado reacciona, como es lógico, exaltando los valores fundamentales del arte de la lidia, defendiendo la integridad del toro y el juicioso y maduro arte de dominar al mismo.

Se vuelve una y otra vez sobre la técnica, la Suerte de varas, el dominio del matador, la hondura, ...etc. La seriedad y el riesgo del tema del que hablamos, hace más que necesario insistir sobre este tema.

Pero hoy, paradójicamente, quiero romper una lanza a favor de aquello que a menudo, en la seria labor taurina, es menospreciado.

Leemos en las críticas "el torero estuvo pinturero". Pinturero dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, es sinónimo de gracioso; artista.

En la época en que nos ha tocado vivir, en la que los taurinos somos catalogados de asesinos, carniceros, sádicos, verdugos, etc. y en la que estamos obligados a alzar la voz para explicar la sinrazón de las acusaciones. Nada puede exaltar al toreo más que la calificación de un toreo o un torero, como pinturero; 

Algún punto de reflexión:

- ¿Tiene valor jugarse la vida ante los pitones del toro de forma pinturera? (gracioso, artista).
- ¿Tiene valor dominar el peligro, el miedo terrible de tal forma que en el tendido se vea pinturera la conducta? (graciosa, artista).
- ¿Es valorable mantener el estado de ánimo, expresado en la sonrisa, en una situación peligrosa, liberando al tendido de la tensión con esta actitud pinturera? (graciosa, artista).

Hacer ver que lo serio es dominable, que podemos cumplir la labor con simpatía, gracia, sonriendo, elegantemente, sin dar sensación de que la tragedia vaya a ocurrir y lo que importa más, que si ocurre, la aceptamos, porque es el papel que el torero ha elegido, y lo elige con total libertad, por lo que se adorna en su ejecución.

Pensamos en algunos ejemplos:

 -Pepe Luís Vázquez, ¿hubiera sido el mismo sin su alegría?, saltos, provocaciones (pase del cartuchito de pescado), simpatía, aparente menosprecio del peligro.
 -Curro Romero: ¿Se recordaría igual sin su ki-ki-ri-ki?.
 -Mondeño: ¿Estaría en nuestra memoria sin sus manoletinas?.
 -Camino: ¿Quién no recuerda sus Abaniqueos?.

Ninguna de las suertes mencionadas son fundamentales, pero que significado tan profundo tienen en el "jugarse la vida por nada" con alegría. Este torero pinturero nos da otra óptica, no menos importante a la de llevar la muleta baja de arriba a abajo, de fuera a dentro y de delante a atrás que es la base del toreo pero a veces reivindicar la gracia, la sonrisa, el adorno, la elegancia, el desprecio calculado, en definitiva el estar Pinturero es una gran virtud, que permite defender la tesis de una de las mayores verdades de la tauromaquia, que nos es  otra que la generosidad a la hora de afrontar el riesgo de ofrecer la vida "aquello que más queremos", y que el diestro ofrece en el altar, en la hoguera del Arte.

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