Crónica de la corrida de toros de Adolfo Martín en Albacete por Tragabuches.
Albacete, 16 de Septiembre de 2012. Corrida de Adolfo Martín para Javier Castaño y Sergio Serrano.
Mas
de tres cuartos de Plaza. No hacía frío. Encierro de albaserradas de
Adolfo Martín. Desiguales tanto de presentación como de comportamiento.
Muy bien presentados. Ovacionados de salida primero, segundo y quinto.
Encastados, bravos, también hubo algún mansote. Exigió la corrida, pero
tampoco fue para echar cohetes.
Javier Castaño silencio, aplausos y silencio.
Sergio Serrano oreja, palmas y silencio.
Saludó en banderillas David Adalid con el primero de la tarde, y con el cuarto lo hicieron Basilio Mansilla y Acevedo.
Tantas
ilusiones que me había creado de Javier Castaño, tan bien que lo había
visto en algunas corridas y en videos. Tantas esperanzas que me había
creado en esta temporada con el torero de Salamanca que un día que está
anunciado, decido ir a verlo y no está.Venía Javier Castaño de un fin de
semana intenso. Como está siendo su formidable temporada. Para
enmarcar. El viernes estuvo en Nimes donde dió la cara ante los toros de
Margé. Al otro día triunfó con una de Prieto de la Cal en Céret. Y ayer
le tocaban "Adolfos" en Albacete. Muchas batallas, mucha afición, y ganas de
agradar al respetable, realizando bien las suertes. De procurar siempre por el
aficionado. Pero no siempre se tiene un buen día. Ayer no lo tuvo ni
Castaño ni su cuadrilla. Muy vulgares todos ellos. Pero es normal, a
todas las personas nos ocurre, y porque no, a los toreros también. Desde
Marzo en Fallas y precisamente con una de Adolfo inició la temporada,
dura, exigente, de muchos trasiegos, de exitosos triunfos, actuaciones
importantes y sobre todo con hierros de los que muchos de los
"figurones" desearían que desaparecieran en cualquier matadero.
Sergio
Serrano, matador de la tierra. Le faltó mucho oficio ante tal corrida. Y
eso que los cárdenos de Adolfo no se comían a nadie. Fueron exigentes
como nos tienen acostumbrado, no tan duro como quiso aparentarse. Pero
claro, "la plebe" la podrá tratar de mala, infumable, áspera o cualquier
insensatez, porque siempre serán eso; "la plebe". No fue una corrida
mala, tampoco extraordinaria, pero si que fue una corrida con
mucha variedad, e interesante, con transmisión en la que nadie se
aburrió sin ser buena como nos hubiera gustado.
La corrida toda ella cinqueña, iba armada
de pitones, bien hecha y en tipo. El mejor el segundo de la tarde,
sobre todo por el pitón izquierdo. Buen toro. Muy encastado el primero.
Manso el tercero sin transmitir, el cuarto tuvo buena condición, un
quinto áspero,Y sexto encastado que humilló mucho y era para apostar.
Los "Adolfos" exigían una lidia que no estamos normalmente acostumbrados
a ver, y claro, si no se le aplica, pasa lo de ayer que entonces son
duros, exigentes, complicados y algunos incluso cogieron más sentido de
la cuenta.
Con una respetuosa ovación obligando a salir a los
matadores a saludar recibió el público de Albacete a Castaño y Serrano.
También se llevó otra ovación el primer toro de Adolfo Martín. Al que
Javier Castaño lo quiso lucir en el tercio de varas. Se arrancó con
alegría al caballo las dos veces que fue. David Adalid colocó dos
soberbios pares de banderillas, lo que provocó que saludara. Castaño
cogió la muleta para intentar realizar faena ante tan duro y encastado
toro. No sabía por donde meterle mano. Protestón por el pitón derecho y
por el izquierdo repuso mucho. En tan poca entrega del torero el toro
nunca se entrego. Cogió la espada para pasar rápidamente al segundo.
Salió
Sevillanito, segundo de Adolfo Martín. También ovacionado de salida.
Intentó torear Sergio con el capote. Bravo en el caballo, empujó y se
dejó pegar. La lidia de banderillas para olvidar, sobraron muchos
capotazos. Llegó el último tercio. Había mucho material y bueno. Destacó
una tanda de naturales al inicio de faena. Todo lo demás fueron
demasiados enganchones, muchos pases y sin acabar de torear un buen toro
que tuvo mucha nobleza, recorrido, fijeza y aunque terminaba al final
con la carita arriba, humilló. Sergio no acabó de verlo, dispuesto si,
pero le faltó más ante el buen toro de Adolfo. Oreja.
El tercero
una rata cárdena, que no es lo mismo que una sardina. Fue el más pequeño
de la corrida. 478 kilos.Fue noble, manso, de embestida pastaueña que
no transmitió nada. Castaño se gustó al natural,se entregó más que el
toro para llegar al tendido. Algunos pases con mucho temple. Correcto
estuvo el salmantino ante tal toro deslucido que le dejó estar sin más.
Llegó
el ecuador de la corrida. Habían pasado cosas interesantes, nadie se
aburría, que, es lo mínimo que se le puede pedir a una corrida de toros. Y
después de la merienda salió el cuarto. De nombre Madroño. Fue bravo en
el caballo. Romaneo, buen toro para apostar. No acabó de romper la faena
porque Sergio en ningún momento lo vio claro. Entre sus manos tenía
otro toro encastado. Exigía una lidia y Serrano le dio otra
cosa. Y pasa lo que pasa, que pides un café y te sirven una copa de vino
porque es lo único que hay para ofrecer.
El quinto toro
fue el más grande y áspero de la corrida. Ovacionado de salida. Mucha
fachada pero poco más. Soso, sin gracia alguna en sus embestidas, nunca
acabó de humillar y Castaño de colocarse. Se orientó rápido el cárdeno.
Hemos visto a lo largo de la temporada solventar este tipo de papeletas a
Javier con mayor lucidez, pero ayer no fue su día, y todo quedó en
silencio.
El último de nombre Comadrón, recordaba
a los viejos albaserradas. Veleto, de belleza como un toro antiguo. Se
fue a porta gayola Sergio Serrano, pasó el trámite como pudo. Con el
capote lo corrió para atrás hasta que lo arrolló. Fue bravo en el
caballo, apretando y empujando con codicia. Una gran virtud del toro,
fue que humilló. Otro toro al que había mucho que torear. Se necesitaba
un torero valiente,con una muleta poderosa ante tal fiera brava y
encastada. Sergio lo intentó sin acoplarse, con muchas dificultades.
Y
así terminó la tarde, el público salió hablando de toros, para bien o
para mal. Nadie se aburrió y las dos horas que duró el festejo pasaron
rápidamente. Algunos con ganas de más toros, seguro que los toreros no.
Seguía sin hacer frío.
Tragabuches