martes, 9 de abril de 2013

Sobre algunos ganaderos

Copio estas líneas de una crónica de Gregorio Corrochano que habla de los ganaderos que crían un toro dócil, noblón y sin emoción para el disfrute de los toreros.

Los ganaderos sólo se preocupan en achicar el tipo, de hacer el toro... simpático al torero. Yo he oído decir a un ganadero: "La corrida no ha sido brava; pero estoy contento, porque a los toreros les ha gustado". Naturalmente: como que para ellos los crían, y toda la afición, y todo el escrúpulo, y todo el amor propio lo han sometido a eso, a que gusten a los toreros. La consecuencia de esta teoría es la degeneración del toro, pues en cuanto le guste al torero (que equivale a decir que disminuye el enemigo, se aleja el peligro y se facilita el toreo), el toro ha desaparecido. Y desaparecerá, porque desaparecer es privarle de fiereza, de pujanza y de esto que llamamos respeto, que no es otra cosa que el miedo que infunde su presencia.

Esta es la quiebra de criar toros para que gusten a los toreros, que éstos pasan, se retiran, se van y el toro queda. Pero ¿cómo queda? Cuando los ganaderos crean que pasado el compromiso ya pueden criar toro a su gusto, entonces no podrán, porque se encontrarán con la ganadería destrozada y, con que para rehacerla hace falta un cultivo de muchos años, de muchos más años que los que emplearon en deshacerla, suponiendo que el remedio pudiera aplicarse a una ganadería ya degenerada.

Gregorio Corrochano.

Los "figurones" de hoy en día aun están más empeñados que las de la época de don Gregorio Corrochano en desaparecer la casta y la bravura en las reses de lidia.


 Foto de Mundotoro.

1 comentario:

  1. Misma foto, distinto artículo, http://depezonarabo.blogspot.com.es/2013/04/maltrato-una-hembra.html me quedo con este segundo, permitame.

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