Afán de protagonista. Sea como sea. Quiere cambiar el toreo a su manera. Productor de arte, defensor a ultranza de las "figuras del toreo" (que no es malo ni bueno). Le gusta codearse con grandes personajes de la cultura y de la sociedad. Porque es muy cultural y a la vez muy artista. También lo podríamos definir como un bohemio del arte del toreo. Vamos en resumidas cuentas un sinvergüenza y un cara dura. Ese es Simón Casas. Empresario francés que regenta las cosos de Nimes, Valencia ,una parte de Madrid, y unas cuantas plazas más de Francia.
Este francés quiere cambiar el toreo pero por lo visto a su modo. A su manera de entender y si no coincides con sus ideales te puedes encontrar en que te llame tonto como les ocurrió a los aficionados de Castellón durante los primeros años de la empresa Tauro Castellón, o les llame "talibanes" a algunos de Madrid como ocurrió en la presentación del triunvirato.
Autor de promocionar a su manera la cultura de la tauromaquia con mucho arte, muchas carpas, copas, chicas guapas, fotos, pinturas, etc... pero también es culpable de cargarse el toro por las plazas donde ha pasado. Disminuyendo la presentación del toro. Buscando ganaderías muy del gusto de sus amigos las "figuras" pero olvidandose del aficionado que es el que paga y va tarde tras tarde a la plaza con la ilusión de ver salir por la puerta de toriles toros con trapío y a poder ser con casta y bravura.
Lo del pasado lunes en Nimes fue otro capítulo más y demostración de como tiene que cambiar la tauromaquia. No se puede tolerar actuaciones como esta, y menos en un callejón de una plaza de toros. Si no sabe aguantar las críticas que se vaya o se quite.
Cuidado porque este nos quiere dejar a todos "simonimos".
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