Vaya por delante y por derecho, que siempre ha habido cambios y crisis taurinas a lo largo de los tiempos, adecuados a los cambios sociales y políticos y a las crisis económicas.
Llega el año 1982 y se produce en España cambios sustanciales en la política, con la llegada de Felipe González y el PSOE al poder, algo nuevo desde la Guerra Civil, lo que implica, oara bien o para mal, un cambio sustancial en la vida de los españoles y en su forma de pensar. Llevábamos pocos años de democracia; proveníamos del golpe de estado de Tejero, celebramos los mundiales de fútbol; se produce la despropiación de Rumasa y en los toros tenía que ocurrir algo importante. Nace Julián López Escobar "El Juli".
Diez años después y en plena celebración del Descubrimiento de América, en su 5º centenario y de la celebración de las olimpiadas, nace la ilusión, tras probarse en su primera comunión del año anterior. Con la vigilancia y control de sus padres y los apoyos e ilusiones de familiares, algunos ganaderos y amigos aficionados, tras su paso por la Escuala de Madrid y una puesta a punto como becerrista, ganando concursos como el Casino Monte-Picayo, se lanza a reconquistar el Nuevo Mundo, lográndolo de un plumazo, con el indulto de un novillo llamado Feligrés, que marca su veritginoso despegue, llegando a meterse en el corazón de los aficionados, que aclaman a lo largo y ancho del mundo taurino un nombre: El Juli. Nace el julismo (recuerdo aquellos años oír hablar a mi amigo Ángel El Parrillano, a El Cañavate y a otros muchos, de este chico que lo tildan de fenómeno. En el Festival de Benasal, las gentes penden de los tejados para verlo. Consigue ser el primer novillero que gana el trofeo "Chicuelina de Onda", que luego repetiría de matador; toma la alternativa en Nimes en loor de multitudes; se crean infinidad de peñas encabezadas por la de Gijón y la de Castellón (que incluso crea su propio vesturario, con gorras, camisas, fulares, escudos bordados, pins de latón, plata y oro, etc.) ¡ Un clamor!.
A los 20 años, es decir en el 2002 y siguientes, está consolidado entre las primeras figuras del escalafón, aprovechando la bonanza económica española, llenando la cartera; dinero justamente ganado, por su afición, su trabajo, su pundonor, su arte y sus ganas diarias de ser figura del toreo. Se ha convertido en un torero largo (perfección en los lances), ancho (domina muchas suertes de capa y muleta), hondo (llega a sentirse y olvidarse toreando) y lidiador (extrae al máximo las posibilidades del toro).
Se une en matrimonio con una extraordinaria mjuer de la familia Domecq (Rosario) con la que tiene 2 hijos y entra en la madurez a punto de cumplir los 30 años, habiendo conseguido el sueño de cualquier español.
La crisis y profunda recesión del 2012, trae nuevos rumbos; vuelven los oligopolios; se producen cambios estructurales en los derechos intelectuales, en los medios de comunicación y la política; los ciudadanos empiezan a revelarse contra corruptos y chupócteros (se habla de posible fraude de 120.000 millones de euros en la U.E., que se dice pronto); la vanguardia de los toreros crean el G-10, que en mi modesta opinión es un barco que no va a llegar a buen puerto, pero que va a significar un punto de inflexión en el mundo de los toros. Muchos cambios.
Una vez más, le toca a El Juli poner orden en todo este embrollo. ¿Como?, pues muy fácil: poniéndose delante del toro - toro, para lo que tiene capacidad; tirar del carro, colocando a cada uno en el lugar que le corresponde. Ello supone asumir una gran responsabilidad y un enorme riesgo , pero a Julián López Escobar le ha tocado vivir estos difíciles momentos para la Tauromáquia y los aficionados confiamos en él.
Lo dicho: "Paso corto, vista larga y mala leche". ¡Suerte Torero!.
Jesús Valencia Algarra
EEsplendido comentario, me ha encantado, cuanta verdad hay en tus palabras y cuanta verdad en el torero Don Julian Lopez "el juli". Sigue mandandome este blog, gracias chatin.
ResponderEliminarJulian, siempre y sera torero, de ZÀRÀGÒZÀ