lunes, 12 de noviembre de 2012

Joaquín Buendía Peña, en busca del encaste perdido

A muchos aficionados no les gusta eso de  “Encastes minoritarios o en peligro de desaparecer”, pero es  la dura realidad. Quedan ganaderías de encaste Santa Coloma en sus distintas ramas, pero algunas de ellas están bajo mínimos, "los buendías”, aun persisten, pero agrupados en pocos hierros. La casa madre que fundara uno de los ganaderos mas importantes del siglo pasado Don Joaquín Buendía Peña es una de ellas. Tras el reparto entre sus numerosos hijos una vez fallecido Don Joaquín, heredó una parte y el hierro familiar, José Luis Buendía y Ramirez de Arellano, que falleció en 2007. Actualmente dos de sus hijos José Buendía del Cid y su hermano Javier (que aparece en la foto) aguantan como pueden por tradición familiar y afición, no sabemos hasta cuando, al igual que otras divisas de esta procedencia. Están casi olvidadas y sus toros aparecen en las calles levantinas. Pocas vacas, unas 100, y unos 25 machos en la camada de 2013, que aguardan su destino en la finca “La  Amarguilla”, dedicada en su mayoría a la agricultura.


Esta ganadería ha sido las de mas nombre en otros tiempos y lidiada por matadores de todos los estilos y épocas como muestran los carteles , incluso en Ronda en el año del Bicentenario de su plaza, 1985. Madre de las pocas  que hay actualmente, cosas del destino o quien sabe, historias tristes que hay que contar, aunque nos duela, y como bien dice Javier Buendía del Cid "los que seguimos con esto debemos de estar algo locos y mas viendo como esta esto ahora, del futuro mejor ni hablar ni pensar en él".

Texto: Javier Salamanca. 
Fotos: Gilberto, Javier Salamanca, Ignacio Tena







  
Un toro de Bundía que estaba en venta para las calles esta temporada.

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