martes, 26 de febrero de 2013

El Rincón de Chatino: Los Hilos

Vuelve el Rincón de Chatino con un nuevo artículo.


Cuando uno va a un coloquio taurino, donde el invitado es una figura del toreo, de la talla de S.M El Viti y le escucha contar, con todo el cariño que un hombre es capaz de expresar, la forma con que su abuela, al hacer calceta, recogía los hilillos para juntarlos con el hilo principal, a fin de que no se rompiera, porque con el hilo roto, la obra no quedaba perfecta, se queda pensativo.

Cuando uno escucha por la radio una entrevista realizada al pintor y escultor Ripollés, sobre el hilo, como nexo de unión entre el autor y las personas que interpretan sus gustos, sobre tal o cual obra, también se queda pensativo.

Cuando oye contar a Melchor Zapata, también pintor y escultor, la historia de un acontecimiento que le ocurrió de jovencito en la ganadería de Isaías y Tulio Vázquez, que motivó la creación de la obra que yo he llamado "Bufidos de hierro" y que con un peso superior a los 5000 kg. se exhibe con carácter permanente en la plaza de España de Castellón, le da también de pensar.

Cuando uno ve en TVE el programa de Redes y comprueba que Punset, tras enseñarnos muchas cosas, muestra como recuerdo más importante de su vida, aquello que sus mayores le enseñaron de niño en el campo, haciendo en directo el canto de la perdiz, se queda estupefacto.

Cuando uno va a una corrida de toros, con un encierro de toros serios, o como dicen los aficionados, de las catalogadas "duras" y se pasa por el patio de cuadrillas, para desear suerte a los intervinientes y observa en sus caras la sensación de miedo (porque no olvidemos que se juegan la vida) y de responsabilidad ante lo que les espera, también le da mucho que pensar.

Cuando uno va  a la Universidad de Mayores, para recibir enseñanzas de materias desconocidas o refrescar materias olvidadas de Derecho, Filosofía, Literatura, Economía, Pintura, Música, Constitución, Informática, Redes Sociales, o cualquier otra actividad lúdica, percibe el hilo, como nexo de comunicación entre profesores y alumnos, dándose cuenta que la edad no está reñida con los hilos.

Cuando uno se pone a pensar en las relaciones cotidianas con familiares, amigos, compañeros de trabajo, e incluso con personas, que de forma esporádica, te encuentras en bares, partidas de cartas, corridas de toros, partidos de fútbol, etc... se da cuenta que todos los hilos son necesarios e importantes.

Cuando uno va a un entierro y, tras la homilía, suben al púlpito dos nietas del finado Ignacio y exponen de la forma más sencilla, el cariño y el agradecimiento a su abuelo, por sus enseñanzas y su extraordinario legado, poniendo a "punta de lágrima" a la abarrotada Iglesia de Mosqueruela, se da cuenta que hay hilos en la vida, cuya fuerza es imposible de romper.

Emulando aquella canción que dice: "¡Que no se rompa la noche, por favor que no se rompa!", que nos quedamos con esa nueva: ¡"Que no se rompan los hilos, por favor que no se rompan"!

Jesús Valencia  2013.

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