¡Mal, muy mal Maestro! - le gritaba un aficionado en San Sebastián a Lagartijo después de una faena pesadísima al matar uno de sus toros.
Rafael se dirigió al que asi le censuraba y le dijo:
"Miusté", esto del toreo es un infundio, y los toreros serios semos como los canjilones de noria que unas veces vamos "pa" abajo y otras "pa" arriba. ¿Quién sabe si se va usté a morir de gusto al verme matar el otro toro?
En efecto, mató de modo admirable al toro siguiente,y aquel que antes le gritara le arrojó el sombrero entusiasmado, cuando volvía a la barrera, al tiempo que se desgañitaba piropeando al cordobés.
Este le cogió el sombrero del aficionado, y al devolvérselo le dijo:
¿Lo ve "osté", hombre? si too esto del toreo no es más que un infundio.
Lagartijo en Pamplona.
Morante de la Puebla en muchas ocasiones es como esos toreros que con uno está para olvidar y con el otro para recordar mucho tiempo.
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